Tu tiempo es tu recurso más valioso. O lo gastas o lo inviertes. En cualquier caso, hagas lo que hagas con él, no es recuperable.
Por eso, a veces, tenemos que revisar cómo estamos utilizando nuestro tiempo a la hora de relacionarnos, tanto a nivel personal como profesional, con otras personas.
Un par de consejitos para ahorrar tiempo y energía en tus comunicaciones diarias:.
- Escucha y lee con objetividad, sin interpretar ni sacar tus propias conclusiones en base a tu experiencia de vida. A veces las cosas no son como nosotros las pensamos.
- Cuándo tengas dudas, pregunta. Pero pregunta sin juzgar, sin atacar y sin estar ya predispuesta a interpretar la respuesta que vas a recibir a tu conveniencia.
- Escucha a la otra persona con empatía y busca un punto en común dónde ambas ganéis con asertividad, teniendo claro qué es negociable y qué es innegociable. Sin ceder pero sin hacer daño ni buscar culpables.
- Decide qué hacer con la situación de forma objetiva. Si suma, trata de llegar a un acuerdo. Si resta, elimínala. Si te deja indiferente, piensa en el tiempo y energía que inviertes si la mantienes.

Somos seres sociales. Ahorra recursos e inviértelos en relaciones que merezcan la pena, te hagan feliz y sumen a tu vida.
¿Cómo marcar tus innegociables de forma asertiva? Sencillo:
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